El estudio del I Ching nos habla de la gran importancia de considerar el tipo de energía de cada uno de los trigramas, el tipo de movimiento de la energía Chi en cada uno de los trigramas. Esta singularidad del trigrama inferior y del superior es el lenguaje que constituye cada uno de los hexagramas.
   Los trigramas por si mismos son símbolos capaces de modular los flujos energéticos. Cualquier malestar mental, emocional o físico se debe a una detención flujo de Chi en una o en varias partes del cuerpo energético.

   Desde la antigüedad se han utilizado lo símbolos y la gestión de la energía como herramientas de sanación. Un ejemplo es el cuerpo de la denominada momia Ötzi en los Alpes (Europa) datada en el año 3.255 a.c., la cual presenta 68 tatuajes considerados terapéuticos, ya que son agrupaciones de líneas enteras y/o partidas paralelas, igual que los trigramas chinos. En las fotos realizadas por los científicos podemos identificar claramente trigramas.

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Nuestra experiencia con el uso de los trigramas nos han llevado a la aplicación directa sobre el propio cuerpo para dolores físicos y la toma de su información a través del agua para armonizar conflicto psicoemocionales.

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